La Torre Tavira desde sus alturas, serena nos mira. Y una nube corre.Tan alta es la torre que subes y subes cerca de las nubes. Y arriba ¿qué ves? Todo Cádiz rendido a tus pies!!

sábado, 12 de noviembre de 2011

Antología Juan Carlos Aragón X

Amo los carnavales, llevo su veneno en mi sangre (alguien me lo metió), llegue tarde  y mi entrada en este mundillo fue porque las chirigotas era lo que mas me gustaba, las comparsas nada. En contra de mi voluntad mi compañera de blog me dijo: "escucha una comparsa de este año (2010) que te va a flipar". Esa comparsa llevaba por nombre "Las noches de bohemia". Solo tuve que escuchar la presentación para darme cuenta que algo había cambiado dentro de mi, durante mucho tiempo cerré la puerta casi por cabezoneria a las otras modalidades.


Por eso si debo quedarme con alguna de este recorrido por la antología de Aragón que hemos echo estas dos semanas la respuesta esta clara, esta comparsa me abrió nuevos horizontes.
A mi fiel compañera de blog, que cada día recibo un poquito mas de su sabiduría, regalo esta entrada porque si no fuera por ella, yo esta noche no estaria en Sevilla. Y poder estar en la antología y el esfuerzo que ha tenido solo para hacerme feliz. Para ti va este popurri Reina del Sur.

Si quieres ver la vida (Popurri) - Las noches de bohemia

Si quieres ver a la vida de frente
escucha, hermano, esto que te digo.
Es la receta del hombre caliente
que bebe siempre del árbol prohibido.
Vívela, vívela… vive la noche y los días
cual si no hubiera más.
Deja crecer tu barba y tu alegría,
y ponle tú la edad.
No importa cuanto se viva si no la manera.
Y no la prestes jamás que se va con cualquiera.
Si a tus dolores los mata la risa
y la miseria te cura el espanto,
ponle tus lágrimas al sol, aprisa,
que nada seca más pronto que un llanto.
Paranu…, paranu…, para nunca verte solo
no dejes de cantar.
Olvida los amores y los odios.
Y vive. Vive ya.

Y hace falta, también,
para saber que la vida se ha vivido,
equivocarse de horizonte y de camino,
andar perdido y caer,
sentir el vértigo, la náusea y el hastío,
ver al diablo cara a cara y apretar,
muerto de frío,
los huesos contra la pared.

Y hace falta, también, tener fortuna,
tener cuna y tener tiempo,
tener el don de ser tú mismo
tu arquitecto y el arte de envejecer.
Para que el mundo te vea como un caballero,
que se ha reído del amor y se ha reído del dinero…
Y nadie ha vivido como él.

Y hace falta de vez en cuando
apretar sin miedo el gatillo.
Correr de la policía por
el placer de ser perseguido.
Darle una hostia al cabrón del jefe,
 coger la puerta y no volver más.
Colgar las bragas de la Decana
en el portón de la Facultad.
Envenenarse hasta perder
los cinco sentidos y el alma.
Salir a hombros de un burdel
 de carretera secundaria.
Robarle a un rico sin miramiento
para saber qué es lo que se siente.
Amordazar a un político
y pintarle libertad en la frente.

Y libertad para qué,
si luego nadie sabe
qué hacer con ella.
La libertad es un lujo
que muy pocos pueden permitirse.
Como dijo el sabio,
es verdad que “hay esclavos por naturaleza”,
porque es el miedo a la libertad
lo que impide ser libre.
Y la esperanza en un mundo
 mejor se convirtió en mi emboscada.
Reventé mi puño y mi canción
 luchando por lo que creía.
Y miro al mundo. Y miro a mis heridas.
Y veo mi sangre derramada…
¡Ya no creo en más revoluciones
que en la tuya y en la mía!

En nombre de la autoridad
he visto las mayores canalladas.
Y yo que penaba que algún
día los gobiernos, por fin, desaparecerían.
Y, pero como los gobiernos
 no van a desaparecer,
y yo no me pienso joder
hasta que no llegue al infierno,
digo lo mismo que Jesús…
“perdónalos porque no saben.”
Que cada cual pague por sus males
y cargue con su propia cruz.
Y yo tengo dos que
por ahora nunca se cómo disimular:
Cuando me acabo de emborrachar
y cuando el corazón se me enamora.
Y cuando se me enamora
no lo sé disimular.
Y no lo puedo parar.

Maldita sea la hora…
En la guerra como en
el amor para que todo acabe
es necesario verse de cerca.
Es un episodio más en la vida del hombre,
pero en la mujer es toda su existencia.
Y si ha nacido del alma,
ese amor se te clava enseguida.
Y si un día, de pronto, se olvida,
te resucita y te mata otra vez,
y nadie puede darse
a dos amores en una sola vida.
Por acercarme a sus orillas
caí en el abismo de mi desengaño.
El amor hace a los hombres libre,
pero cuando son libres los hace esclavos.
Con ella cada noche era,
tremenda la ternura y divino el dolor,
y más seguro y menos peligroso,
hacerle bien la guerra que hacer el amor.
Y el mío nació del alma,
como la más terrible aventura.
Y aunque sé que ese amor no se cura.
Su herida siempre me acompañará.
Por eso vivo al calor de
los rayos que me da luna.
Yo soy como la luciérnaga
que necesita la noche para brillar y vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario